Como toda señorita
eras bien histeriquitaeras una ola en el mar.
Siempre cinco para el peso
siempre abrazo, nunca un beso,
y ahora ni torta ni pan.
sólo me quedan recuerdos
de ese sueño momentáneoviejos tiempos de adicción.A planteos poco cuerdosal placer del desengañoa la dulce confusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario